El poder del ‘branding’ con denominación de origen.
El concepto de ‘branding’ con denominación de origen se refiere a cómo ciertas marcas se convierten en símbolos de sus lugares de origen, atrayendo turismo y contribuyendo a la economía local. Un ejemplo icónico es Coca-Cola, que comenzó en Atlanta en 1886 y se ha convertido en un emblema global. Este tipo de ‘branding’ no solo promueve el producto, sino también la cultura y la historia de su lugar de origen.
Marcas y sus ciudades: Marcas como Guinness en Dublín, Lego en Billund y Google en Silicon Valley son ejemplos de cómo los productos pueden actuar como embajadores de sus ciudades. Estas marcas no solo representan productos de alta calidad, sino que también atraen a turistas que desean conocer más sobre su origen y proceso de fabricación.
Factores clave del ‘branding’ local: Según el publicista Guillermo Navarro, hay tres factores principales en el ‘branding’ local: la atracción por las oficinas centrales o fábricas, la vinculación del producto con una cultura específica, y la evocación de una región por sus cualidades positivas. Estos factores pueden convertir a las marcas en destinos turísticos por sí mismas.
Ejemplos exitosos: Apple Park en Cupertino y la ‘Heineken Experience’ en Ámsterdam son ejemplos de cómo las instalaciones de las marcas pueden convertirse en atracciones turísticas. Estos lugares no solo son edificios, sino que sus logos y la experiencia que ofrecen tienen un gran magnetismo turístico y profesional.
Impacto positivo: El ‘branding’ con denominación de origen puede tener un impacto significativo, llevando productos locales a un escenario global y convirtiéndolos en referentes turísticos. Marcas como La Fallera en Valencia y El Gaitero en Asturias muestran cómo se puede promover la cultura local y atraer visitantes, consolidándose como embajadores de sus regiones.
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